1. ¡Atención, pelo mojado! “Cuando el cabello está húmedo se debilita su estructura interna: en ese momento es cuando está más frágil, y si se cepilla puede romperse con facilidad. Se debe utilizar un peine de púas anchas para desenredar el pelo con delicadez mientras está húmedo y reservar el cepillo exclusivamente para cuando esté completamente seco”, explica.
2. Frenar la deshidratación. “Hoy en día, es infrecuente la mujer que no usa, de forma ocasional o habitual, secador o planchas, y también son muchas las que usan el color para darle vida a su cabello. Por eso, siempre recomiendo hacer un tratamiento hidratante intensivo". Philip B. propone su aceite Rejuvenating Oil -sin duda su producto estrella- dos veces por semana. Se aplica mechón a mechón y se deja actuar de 20 minutos a varias horas, pudiendo incluso potenciar su efecto añadiendo alguna fuente de calor como un secador, una envoltura de film o una toalla caliente. Después, es importante retirarlo con un champú de arrastre.
3. ¿Y al cepillarse? “Aconsejo entre 10 y 20 pasadas con el cepillo todas las noches, dependiendo del grosor del cabello. Así conseguimos la exfoliación que el cuero cabelludo necesita para eliminar los restos de productos y de suciedad, además de estimular el cuero cabelludo y el crecimiento de un cabello más fuerte y sano. Si tienes el cabello fino o débil, apuesta por los cepillos de cerdas naturales”.
