-

26 may 2012

¿Son reales las decepciones amorosas?

Reflexionamos sobre la realidad de nuestras decepciones amorosas.

En el enamoramiento hay un ensimismamiento, una energía que se traduce muchas veces en una idealización de tales dimensiones que nos hace dudar de la sensatez de la persona inmersa en dicho trance - pensamos en nuestras amigas-. Porque claro, cuando nos toca a nosotras la varita del amor -de la pasión, sobre todo- es una catarsis que poco nos paramos a analizar en el momento en que ésta nos envuelve.

Claro que esa forma onírica y maravillosa de ver a nuestra pareja tiene mucho que ver con otras formas de encandilamiento que a veces nos suceden en la vida. Pero llega el momento en el que además de verle como un apolíneo semidiós que nos espera en la cama, hemos comprobado su incapacidad para reaccionar a cualquier situación como nos gustaría, cuando hemos vivido con él lo suficiente para conocer sus humanos defectos, cuando nos hemos acabado por cabrear como monas al entrar al baño después de que él lo asolara por centésima vez consecutiva... Descubrimos que el muy maldito ¡es humano! Pero será solo a partir de entonces cuando realmente sabemos que sentimos amor por nuestra pareja, es cuando realmente nos sentimos serenas, cuando lo conocemos bien en toda su dimensión humana y masculina.

Una decepción, es algo que todas hemos podido vivir en uno u otro momento de nuestra vida. Y es doloroso, es triste, es un acontecimiento por el que pasaremos un duelo. Lo que no podemos hacer es autoengañarnos irresponsablemente y provocar una existencia paralela, unas expectativas irreales, una existencia llena de nada.

Claro que hay problemas en la vida, que nuestro novio a veces es un zoquete insufrible, pero eso no hace que no sean para nosotras y que tengamos que ir a otra parte, a otra vida, a otro hombre, porque esas veces que es maravilloso, de verdad maravilloso, es lo más cercano a un sueño que vamos a tener en la vida.

Muchas veces la bajada a la realidad nos cuesta. Hay una parte de nosotras que se niega a ver las cosas como son, como una decepción inaceptable lo que simplemente es real - lo que quiere decir que no es perfecto, nada más -. Nuestro trabajo no es perfecto, nuestra madre no puede ser más imperfecta, nuestro cuerpo no es ideal... Son exigencias que tenemos hacia todo, hacia todos, y hacia nosotras mismas.

Meditemos, abramos los ojos a nuestra verdad, no solo a la del amor, sino a la de la vida misma. Un trabajo puede no ser el soñado pero puede ser enriquecedor y un puente para otro mejor. Un proyecto puede fallar pero no por ello ha terminado nuestra vida, nuestro sueño. Nuestro novio puede no ser un modelo sin mácula pero si miramos en nuestro interior, quizá sepamos ya que es el hombre que más nos querrá y nos llenará en nuestra vida. Y en eso, como en la mayoría de las cosas de la vida consiste todo: en saber mirar en nuestro interior, en saber escucharnos correctamente; escuchar nuestro espíritu.

La mejor guía sobre los últimos avances en productos cosméticos para el hombre y la mujer actual, cuidado facial y corporal. Tratamientos estéticos y reparadores, Cirugía plástica y mucho más.
-