Rejuvenece con el blanqueamiento dental

Para parecer más joven, además de fijarnos en el rostro, que es el espejo del alma, una sonrisa lo dice todo, porque pensad en unos dientes blancos, son luminosos, con volumen, los incisivos centrales son un poco más largos que los laterales, el perfil de la sonrisa es curvilíneo y las encías rosadas. El tiempo acaba con esta fantasía, además de ciertas pautas alimentarias como el café, té, exceso de azúcares y una mala higiene bucal pero los odontólogos tienen armas para devolverla.

El momento para ir al dentista (además de 1 vez al año para realizar una limpieza) es cuando la mancha del diente ha traspasado la cara externa del mismo y ha alcanzado la dentina.

La dentina está recorrida por unos tubitos minúsculos que son los que en realidad se manchan y dan ese aspecto amarillento. Limpiar estos tubitos por nuestra cuenta es imposible.

El dentista probablemente nos someta a un tratamiento a base de un gel de peróxido de carbamida o de peróxido de hidrógeno. Parte de este tratamiento se realiza en la consulta del dentista y la otra en casa como por ejemplo con las minidosis de la marca Go Smile (las famosas lo usan mucho) que se trata de unas ampollas para mantener blancos tus dientes acompañado de una pasta para el día y otra para la noche.

El blanqueamiento es personalizado y funciona cuando los dientes han perdido luz y se han oscurecido. Utiliza carillas de porcelana para corregir la forma, el color o la posición de los dientes y los pule con diamante si hay que retocar. Unos dientes impecables borran años con una sonrisa.