¿Cuidas las uñas de tus pies como deberías? Tal vez no. Y es que solemos 'hacer más caso' a las de las manos, siempre visibles, pero descuidamos las de los pies. Cuando llega el tiempo de sandalias, te das cuenta de que deberías haber empezado antes a mimarlas. Vamos a intentar ayudarte con estos consejos para que pongas remedio cuanto antes a este problema y luzcas unos pies ¡de lujo!
- Con la ayuda de una lima de pies, elimina las posibles durezas, especialmente las de los talones. No conviene exagerar, pues al fin y al cabo, éstas tienen la función de proteger los pies en las zonas de mayor roce.
- Es el momento de dar forma a las uñas con la ayuda de una lima de cartón extra-gruesa. Recuerda que es importante cortarlas siempre en cuadrado para evitar que se claven en la piel al crecer.
- Aplica un producto quitacutículas sobre las mismas, que incluso puedes usar sobre las zonas de pequeñas durezas, ya que ayudan a deshacer esas acumulaciones de células muertas de las que están compuestas. Déjalo actuar un minuto y empuja las cúticula hacia atrás con la ayuda de una toalla.
- Sumerge los pies en agua caliente durante al menos 10 minutos para ayudar a eliminar después las restantes durezas, lo que puedes hacer bien con una crema exfoliante para pies (más gruesa que las destinadas al cuerpo) o con piedra pómez.
- Seca los pies con cuidado, insistiendo entre los dedos. Cúbrelos con una crema hidratante. Las encontrarás con glicerina (especialmente untuosas); o enriquecidas con mentol, que tienen un efecto refrescante. Si vas a aplicar esmalte sobre las uñas, retira antes todo resto de grasa, o la pintura no se fijará.
- Los esmaltes oscuros requieren usar antes una base para no teñir la uña de un tono amarillento. Aplica dos capas de color y una última de protector, que aumentan su brillo y duración.