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17 jun 2010

Las seis peores frases que podés decirle a tu chico

Cuando peleamos con nuestra pareja no es tan raro que nos tiremos con munición gruesa. Pero hay otras instancias, aparentemente pacíficas, en las que también somos capaces de herir al otro. Esto sucede cuando las mujeres decimos cosas supuestamente inofensivas, pero que esconden contenidos muy dañinos para quien las escucha y para la relación de pareja en general. “Son comentarios que parecen agradables. Y justamente por eso se vuelven particularmente insoportables. Quizá él no se dé cuenta conscientemente de cuánto le molestan esas palabras; pero si a un hombre se le envían insistentemente estos mensajes, va a encerrarse en sí mismo para protegerse”, asegura la psicóloga Diana Kirschner, autora del libro Love in 90 Days (Amor en 90 días).

Para evitar que tus comentarios resientan a tu bombón, elegimos las seis “frases matadoras” que pueden dejar las cicatrices más terribles.

1 “Sos mucho mejor que todos esos idiotas con los que salí”.

Sí, claro, parece un cumplido. Pero cuando un hombre escucha esto, empieza a sonar su alarma. “Es la clase de frase que diría una mujer que tuvo mucha mala suerte con los hombres”, explica la psicóloga Rachel Greenwald, autora de Cómo encontrar pareja... después de los 35. Él hará sus cálculos y deducirá que el elemento constante en todas esas malas relaciones fuiste vos. ¡Danger! Además, es probable que piense que así como vos te referís a tus ex como “idiotas”, en un futuro podrías hablar de él de esa forma despectiva.¿Cómo hacer, entonces, para que entienda que valorás esta relación por encima de todas las otras? Es simple: “No menciones a tus ex. La mayoría de los varones no quiere que le hables de los otros hombres de tu vida. Especialmente si todos fueron unos tarados”, dice Greenwald. Si querés elogiarlo, decí algo como “Jamás conocí a alguien como vos”.

2 “¿Estás seguro de que podés pagarlo?”

Si él despilfarra un dinero que no tiene en chiches electrónicos, en un auto o en un regalo muy importante para vos (aunque eso no suena tan mal, ¿no?) es bastante lógico que le adviertas que se está equivocando con la forma de administrar su dinero. El problema es que muchos varones relacionan su valor como personas con la situación de sus finanzas. Para él, que critiques su habilidad para manejar el dinero es igual que decirle “Sos un perdedor”. Es más, lo hará asociarte con la mujer menos sexy y deseable de su vida: su mamá. ¿Una consecuencia posible? Él podría reaccionar como un niño y empezar a ocultarte algunos gastos excesivos, para que no lo señales con el dedo y lo regañes. “Si sos de ningunearlo, cuestionarle si puede pagar un bien determinado puede leerse como una frase provocadora. Pero si le preguntás:‘¿Te parece meterte en este gasto justo ahora?’, podés arrojar sentido común a un momento de gasto excesivo. La clave está en cómo se lo digas”, asegura la psicoanalista Iris Pugliese, codirectora del Centro Psicoanalítico Argentino. Si estás comprometida, casada o involucrada en forma conjunta en una compra en varias cuotas, elegí un momento para hablar de dinero con él. Organicen el presupuesto de una manera realista. Pero si solo están saliendo, lo que él gaste no es tu tema, salvo que sea un comprador compulsivo: en ese caso deberías analizar si tiene sentido seguir con él.

3 “Bueh, sí estamos llegando tarde, pero relajate”.

Nunca es bueno que la gente tenga que esperarte. Pero la escena se vuelve especialmente irritante si además minimizás el retraso. “Es como si estuvieras diciéndole a tu pareja que no tiene derecho a estar molesto. No solo estás llegando tarde: también ninguneás lossentimientos de él”, dice Greenwald. Una forma más astuta de disolver los nervios por una llegada tarde consiste en demostrarle que registrás su preocupación y que estás haciendo todo lo posible por acelerar tu trámite (que consiste en vestirte, maquillarte y dar 60 vueltas frente al espejo). Podés decirle: “Perdoname, sé que para vos es importante llegar puntual. Voy a tratar de ser más rápida la próxima vez”. Así, no solo evitás una pelea, sino que tambiénle asegurás que sus sentimientos cuentan para vos. “Es importante que le hagas notar que no querés manipularlo. Si están llegando 40 minutos tarde y vos le decís ‘relajate’, le das a entender que ante tus ojos él es un zonzo al que podés domesticar con una palabra, aun cuando el problema sea evidente. Y nadie reacciona bien si se da cuenta de que lo subestiman”, asegura la psicóloga Mabel Grossman.

4 “Es un tipo bárbaro, deberían hacerse amigos”.

Conocés a un hombre que te cae muy bien, pensás que tu chico también es divino, y suponés que podrían pasarla bomba tomándose una cerveza todos juntos. Tu intención puede ser totalmente inocente, pero pasás por alto que esto puede derivar en una escena de celos.Después de todo, ¿por qué te importa tanto que él sume más amigos a su vida? Si esto se debe a que esa nueva amistad puede ayudar en tu maquinaria social (el chico es el novio de tu mejor amiga, y lo pasarían bien juntos), tratás de generar algo que debería suceder naturalmente. Y si solo se trata de un compañero de trabajo o de alguien que conociste en algún bar, tu chico puede preguntarse si tenés una vida paralela. “Para él, puede ser amenazante oír que elogiás a otro hombre: da la sensación de que sos vos la que quiere estar cerca de ese nuevo personaje”, dice Kirschner. Y si realmente creés que tu chico y este nuevo amigo podrían llevarse genial, organizá una salida grupal y dejá que las cosas se den naturalmente.

5 “Ella me hizo prometerle que no iba a decírtelo, pero...”.

“Compartir un secreto con tu chico es un acto que fortalece la intimidad entre ustedes. Le das a entender que confiás tanto en él que querés compartir información delicada”, asegura Kirschner. El detalle es que él puede leer esta confidencia de un modo distinto: quizá crea que sos chusma, un atributo que a algunos hombres los saca de quicio. Si tu secreto involucra cuestiones de sexo, él puede encontrarlo interesante. Pero aun así es un poco raro que traiciones la confianza de una amiga. Y si no podés respetar el pedido de una amiga, ¿qué queda para la pareja? Es esperable que él no sienta confianza para contarte ciertas cosas en el futuro. Por supuesto, hay algunos secretos que sí o sí tenés que compartir con alguien.Cuando lo hagas, acompañá esta confidencia con un cumplido. Podés decirle: “Te lo cuento porque sé que sos capaz de mantener un secreto”. Eso demostrará que te preocupa la intimidad de tu amiga y además vas a hacerle sentir a tu novio que es parte de un secreto, y no de su difusión.

6 “No seas tonto... No hago eso desde hace años”.

A ver... Que estés de novia no significa que no puedas bailar hasta las cuatro de la mañana, ni usar ese chiche sexual que guardás en el tercer cajón del placard. Es comprensible que una vez que entrás en una relación estable quieras bajar los decibeles de tus costumbres más zarpadas. Pero decirle a tu novio que determinada actividad pasó a la historia equivale a decir: “Antes me divertía, pero ahora estoy de novia”. ¿La consecuencia? Él puede llegar a vislumbrar un futuro gris en el que solo haya espacio para la posición del misionero y para las noches frente al televisor. Tal vez tu novio te conoció en tu versión “salvaje” cuando empezaron a salir, o seguramente escuchó historias tuyas en boca de tus amigas. Y si de un día para el otro te transformás en una chica “de su casa”, tu chico va a preguntarse si él no te habrá hecho perder la pasión. “Mucha gente cree que debería comportarse de determinada forma para dar a entender en qué etapa de la vida está. Por eso hay quienes sienten que ciertos comportamientos no se llevan bien con la actitud que debería tenerse en una relación comprometida”, cuenta Kirschner. ¿Cuál es el riesgo de esto? “Esa clase de comportamientos tajantes, que se plantean en términos de blanco y negro (“antes yo era así, ahora soy asá”), puede conducir a una relación aburrida”, afirma esta especialista. Aun cuando ahora te seduzca quedarte en casa las noches de los viernes, los varones quieren pensar que están con mujeres divertidas que eligen tomarse la vida con calma. ¿Entendés ahora cuál es la diferencia? Por lo tanto, si querés hablar de tu deseo de “madurar”, mencioná el momento por el que estás pasando sin aludir al pasado. Hablá de alguna cena que te gustaría organizar o de una muestra de arte a la que te divertiría ir, pero nunca te olvides de lo entretenido que es, cada tanto, volver a revolear la chancleta. Te lo aseguramos: tu chico va a ser el primero en agradecértelo.

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