Los que sufren de acné están empezando a ver una mejoría en la zona afectada: rostro, espalda, etc. Y si eres del club y vas a menudo a la playa y te bañas en el mar, más todavía: mano de santo.
Es cierto que el verano, el sol y el mar “secan” los granos del acné pero sería un error dejar tu rutina cosmética con productos específicos porque se trata de un paréntesis.
Lo que pasa en realidad es que disminuye la flora bacteriana que lo causa: con el sol se queda en reposo. La mala noticia es que la causa bacteriana sigue ahí, no ha desaparecido y cuando acabe el calor del verano volverá a atacar y a veces incluso con más fuerza: ése es el llamado efecto rebote.
No dejes de usar tu tónico astringente ni tu tratamiento regulador aunque notes mejoría. Es importante que escojas muy bien el protector solar, lo más adecuado a tu piel, de textura ligera, lo más oil-free posible. No usar protección solar sobre el acné no es una opción.
Así evitarás que campe a sus anchas, controlándolo y minimizando los daños.
Via: Mensencia
